viernes, 25 de abril de 2014

Tercio de vida en un breve relato

Sentado en su oscura habitación, el la vio. Desde el principio le sorprendió esa luz. Tímida y cálida luz. No pudo con su genio y decidió tenerla, todo lo que necesitaba era esa luz. Entonces, estudió la luz; ideó un plan para obtenerla. Actuó, cumplió con su papel y logró que la luz lo viera. Logro que lo quisiera, que le creyera.
Pero apenas tuvo esa luz, vio que era mas fuerte de lo que pensaba y por no dejarse arrollar por ella, se hizo más fuerte y la enfrentó. Ella, perdida en la ilusión que le vendían, decidió atenuar su luz y así no confrontarse. Pero Él vio que entonces la luz se le apagaba, ¿Para qué tenerla si no me da el calor que necesito? Pensó. Su estrategia fue ahora mucho más acertada, y se mostró débil, en su oscuridad pero con un leve destello de esperanza. La portadora de la luz, se apiadó de él y entonces decidió quedarse y alimentarlo cada vez. Lo que ella no sabía, era que la luz se agotaba. Así fue. Cada vez que ésto pasaba, Él se apartaba y entonces la luz volvía a tomar fuerza. Otra vez la robaba. Primero en silencio, luego sin ningún recaudo, a los gritos exigía su luz. Ella se lo decía, quería que el supiera que podía tener su propia luz. Que la misma no tiene elegidos, sino sólo hay que dejarse inundar. Pero el temió, no quería ni podía asumir tal compromiso. ¿Para que rendirse a ella, si la luz robada le hacía tan bien? Así pasaron años. Y aunque la luz era inagotable, no así su portadora. Ella empalideció. Sin notarlo, ahora estaba ella en la habitación oscura y la luz sólo pasaba por ella. 
Un día, la misma luz decidió llevar a su portadora lejos. Y aunque su envase ya no era el de antes, la luz sin quien la robara, tomó fuerza. De a poco fue alumbrando aquella habitación. De a poco fue haciéndose lugar. Ya no tímida y cálida. Fuerte, prendida como una fogata. Aunque el extrañaba robar la luz, decidió no salir del cuarto oscuro. Ella otra vez empezó a brillar. Pero atenta ahora ya sin ingenuidad. Esperando otra luz que se sume. Y así poder brillar.

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