jueves, 1 de octubre de 2015

La Alcantarilla

Desperté con la sensación de un sueño de esos que se te quedan rebotando en la cabeza. Decidí  no olvidar el sueño. Trate, entonces, de repasarlo rápidamente antes de que se escape. Estábamos con Ana y Evan en un local amplio, podríamos decir oscuro que daba  a la calle.  Una calle de la ciudad, en un lugar céntrico. Encuentro de dos avenidas o algo así. En el sueño yo me sentía rara. Sentía algo, una presencia o algo que me ponía incómoda. Al rato del sueño en un intercambio sin mucha importancia de palabras entre las tres, lo sentí. Había algo en ese lugar que quería que supiera que estaba ahí. Algo quería decir. Entonces como una película o como otro sueño latente al despertar, la vi. Ella estaba abajo nuestro. Atrapada en una alcantarilla. La sensación de verla y de sentir su grito silencioso me paralizó. Mi cara daría la impresión de algo raro, ya que las dos me preguntaron si algo pasaba. Y como si nuestra intuición fuera una sola, no tuve más que decir unas palabras para que entendieran. Ellas entendían. Y no fueron ni persuasivas ni chusmas. No cumplieron con el estereotipo femenino y me dejaron ser. Al rato la sensación de esa otra alma femenina atrapada a nuestros pies se hizo presente otra vez. Pero esta vez haciéndose presente con violencia. Tanta, que me hizo querer salir del lugar. La luz de la avenida me molestó y después el ruido. Ese ruido y resplandor llenos de inseguridad. Apure mi reingreso al local. El local estaba vacío. No tenía ventanas ni luz natural. Cuando volví a verlas les dije sin pensar, “a ella la mató él”. Y señale a un nuevo personaje que entraba. Ellas me creyeron de inmediato y seguras de mí como si fuera una radio con buena señal, asintieron y decidieron rescatarla. Yo ahora sentía el miedo de la muerta en la piel. Inmóvil, como si yo estuviera en esa alcantarilla. Las miré con terror y ellas entendieron al instante. La mezcla de miedo, dolor y ganas de salir  me hicieron despertar. Agitada pero tranquila. Nunca en el sueño había estado sola. Mi alma e intuición tenían compañía. Eran entendidas, protegidas. Él se despertó en seguida y el ritual matutino tomo curso. Caricias y besos seguidos de mates con tostadas. Durante todo ese día imágenes del sueño se me aparecían. Y la repetida sensación de que Ana Y Evan están ahí. De que ellas por alguna razón de mi inconsciente, serán las guardianas  del despertar de la muerta, de la dolida y sufrida parte de mí en esa alcantarilla.

viernes, 25 de abril de 2014

Tercio de vida en un breve relato

Sentado en su oscura habitación, el la vio. Desde el principio le sorprendió esa luz. Tímida y cálida luz. No pudo con su genio y decidió tenerla, todo lo que necesitaba era esa luz. Entonces, estudió la luz; ideó un plan para obtenerla. Actuó, cumplió con su papel y logró que la luz lo viera. Logro que lo quisiera, que le creyera.
Pero apenas tuvo esa luz, vio que era mas fuerte de lo que pensaba y por no dejarse arrollar por ella, se hizo más fuerte y la enfrentó. Ella, perdida en la ilusión que le vendían, decidió atenuar su luz y así no confrontarse. Pero Él vio que entonces la luz se le apagaba, ¿Para qué tenerla si no me da el calor que necesito? Pensó. Su estrategia fue ahora mucho más acertada, y se mostró débil, en su oscuridad pero con un leve destello de esperanza. La portadora de la luz, se apiadó de él y entonces decidió quedarse y alimentarlo cada vez. Lo que ella no sabía, era que la luz se agotaba. Así fue. Cada vez que ésto pasaba, Él se apartaba y entonces la luz volvía a tomar fuerza. Otra vez la robaba. Primero en silencio, luego sin ningún recaudo, a los gritos exigía su luz. Ella se lo decía, quería que el supiera que podía tener su propia luz. Que la misma no tiene elegidos, sino sólo hay que dejarse inundar. Pero el temió, no quería ni podía asumir tal compromiso. ¿Para que rendirse a ella, si la luz robada le hacía tan bien? Así pasaron años. Y aunque la luz era inagotable, no así su portadora. Ella empalideció. Sin notarlo, ahora estaba ella en la habitación oscura y la luz sólo pasaba por ella. 
Un día, la misma luz decidió llevar a su portadora lejos. Y aunque su envase ya no era el de antes, la luz sin quien la robara, tomó fuerza. De a poco fue alumbrando aquella habitación. De a poco fue haciéndose lugar. Ya no tímida y cálida. Fuerte, prendida como una fogata. Aunque el extrañaba robar la luz, decidió no salir del cuarto oscuro. Ella otra vez empezó a brillar. Pero atenta ahora ya sin ingenuidad. Esperando otra luz que se sume. Y así poder brillar.

domingo, 26 de enero de 2014

Homenaje de el 3 de Junio de 2013

Si tengo que hacer una lista de cosas o personas que me hacen bien; no es sorpresa para mí que mi Papá sea el primero de la misma. Hace 4 meses que se fue. Un irónico cáncer de pulmón que aparece después de 14 años de no fumar, se lo llevó. Los homenajes no son otra cosa que el apreciar a alguien cuando no está...
Cuando le preguntan a Virginia (*) porque un personaje de su novela debe morir, ella responde: "Para que el resto de nosotros aprecie la vida. Es por contraste."
No se puede encontrar la paz evadiendo la vida.

Gracias por dejarme existir....

(*) Se hace referencia a una escena en la película "The Hours".

lunes, 1 de julio de 2013

crónica de un despertar anunciado

Humedad
grasitud
cuestión de piel

suciedad
mugre en la ciudad
vanidad
falsedad
su superficialidad

y dicen que vivir es acá
como si fueras el sol y nosotros las estrellas
como si fueras la verdad
y nosotros algún mito

cuenta me algún cuento entonces
saca me de esta: la supuesta realidad
lleva me a la montaña donde vivir es de verdad
aunque sabes, mi amor, que a tu lado
la ciudad no está tan mal.

miércoles, 5 de junio de 2013

Frágil

Mi Fragilidad se expone en mi piel
como si tan sólo fuera eso
cristal que se rompe
pero creo que así como dentro de la roca se encuentra él
en mí es al revés.

Detrás de esa doble cobertura
existe una roca más fuerte que yo
alguien que sabe
alguien que entiende
para quien todo es vanidad
para quien lo esencial está en mi amor por vos
en el amor en sí.

En ese ser tan dulce que se deja ver
y esa apariencia frágil
sólo da lugar
a una fortaleza mayor
la fuerza de tu amor
se hace carne en mi debilidad.

viernes, 22 de marzo de 2013

Libre al fin

Pareciera que el hombre naturalmente buscara su libertad. 
Una libertad utópica,
desprendida. 
Tan sagrada que se le va de las manos.  
Tan solemne que no puede manejar. 
No nos damos cuenta que somos dependientes. 
Nos falta el carácter para enfrentarnos con nosotros mismos. 
Alguien siempre nos da de comer, nos acaricia, nos limpia y tira, desaparece lo que no usamos. 
Estamos acostumbrados a necesitar de otros pregonando ser libres. 
Hombres idiotas que no se dan cuenta de lo corto de su pene, de su pequeño "yo". 
Ante semejante libertad, elijo estrechar lazos. 
Atarme, 
pero de hilos fuertes que no me dejan caer y que me sirvan de impulso. 
Los hilos débiles, se cortan solos.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Prosa antigua (28/10/11)

no merezco tanto amor
lo necesito, lo quiero
pero no te merezco

soledad que se evapora
arrugas en el cuerpo
tajos en mí
cicatriz que revela más que un hecho mi forma de ser

ser
tan clara y fría
tan tenue, tan mía
quiero escapar de esta angustia amiga

no merezco tanto amor
merezco el juicio y el odio
merezco la risa del otro
burlona e hiriente

no te merezco
pero te anhelo
no te tengo
y aún así te quiero

músculos tensos de tanto pensar
ojos pesados de tanto llorar
sensación de frescura al cerrarlos
calor por fuera, frío por dentro

casi sin aliento
te veo y pienso que haces acá, a que viniste
tardaste en llegar
así es será
"lo imposible sólo tarda un poco más"

quiero tanto que no puedo ni pensar
no se como seras
quien te envió
solo se que vendrás

entonces nuestros llantos se unirán en un abrazo que da todo
y como dice una película
aprenderemos a nadar