miércoles, 27 de julio de 2011

locura insensata

Pienso en la locura y en la cordura.
En la sensatez.
Acaso, ¿no somos todos insensatos en un punto?
¿No nos es necesaria la incongruencia?
Cuando el ideal, la fantasía se cae,
¿No es necesaria la locura?
Ya lo cuerdo no tiene sentido,
ya lo supuestamente real no cabe en mi irrealidad.

Prefiero creer en lo invisible,
cuando lo visible no me satisface.
Salí de mi irrealidad para conocer lo real
y ahora quiero volver allí
A ese mundo donde todo era posible.

Pero es verdad ...
preferible haber visto la vida a la cara.
Haber sufrido, haber llorado, haber vivido.
¿Cuanto puede durar la fantasía?

Prefiero la locura, la insensatez; a la cordura.
Ella muchas veces no funciona
no nos llena plenamente.
Hace promesas que no puede cumplir.
Pretende decirnos como sentir, como vivir
La cordura es la amenaza constante de matar lo que hay en mi, quien soy.
Creo que sí

"De todo me quedo con los momentos, con las horas, con el amor"
Dejar la depresión cuando es sensato tenerla.
Permitir a la locura entrar y ser feliz.
Ver que cosas son las que me hacen afortunada
Aprender a sembrar en eso y desechar lo demás.

Reemplazar la melancolía por la locura,
y la nostalgia por la insensatez.
Tengo que acordarme de reír.
Permitirme hacerlo.
La cordura es el encierro en el que me encontré hasta hoy
y la responsabilidad mi yugo.

jueves, 14 de julio de 2011

teoría urbana dos mil siete

El eco silencioso de la voz de los pueblos. La multitud encarnada en un grito desde el barro y la tansa. El mismo grito de la carnada, la angustia y el dolor que también son esperanza. Quién se baja de su monótona rutina y escucha; quién hunde sus pies en la arena y el pescado podridos. Llenarse los pulmones de aguas negras ... en que universidad te enseñan dichas experiencias. Realidad confundida entre textos de prestigio, palabras viscosas que engordan. Letras confusas que ahogan el espíritu en un mar de glucosa. Pero nuestro mar es río y la arena se confunde con el barro, los zapatos de charol son alpargatas viejas. La ciudad es un pueblo invadido por buques extranjeros. Entonces, los gritos dirigen a los lápices; la voz del pobre diablo irrumpe. Trabajo y salud. Futuro y progreso. Quién será capas de responder, de decir, de hacer desde adentro.