martes, 15 de febrero de 2011

Poseso

Extraño es pensar que el poseer cosas te transforma en alguien. Los objetos no son más que herramientas; que se usan para un fin. Si el fin son las cosas mismas, entonces, perdón, pero su vida no tiene sentido. Un hombre que vendió todo lo que tenía dijo una vez… ahora no poseo nada, o todo el mundo me pertenece. Por virtual, poético o estúpido que parezca este comentario, no lo es más ni menos que creer que nuestras posesiones nos caracterizan. Es en realidad una estrategia. Un manotazo de ahogado del sistema. Si creo que mis pertenencias me califican, entonces necesito tener ciertas cosas, modernas, lindas, nuevas, etc. Necesito cosas. Digamos igual que al sistema, no le va tan mal. Todos de alguna manera nos movemos por estas reglas, conciente o inconcientemente. Pero es así; y hasta a veces no nos queda otra. Debemos vestirnos, movernos, trabajar, vivir. No digo, entonces, que dejemos de tener cosas, no me malentiendan. Muchas veces los pensamientos distintos se rechazan de primera por extremistas. Si yo dijera: dejemos todo, dejemos las cosas, las ciudades y vivamos en el campo del fruto de nuestras manos (del sudor de nuestras frentes); todo lo que digo quedaría en una linda utopía y ya. Pero creo que el desafío es aún más difícil. Es vivir de esa manera en medio del sistema. Es tener cosas (lindas, valiosas, o no) y no creer que ellas hablan de quien soy. Es dejar de juzgar a los demás por sus posesiones. Es dejar de vivir mi vida en pos de ellas. Es entender que el ser humanos es ir un poco más allá. Y si, puede ser que el estar entre montañas me ponga poética; pero si así es, entonces encontré la mejor manera de vivir. Desprovista de posesiones reales o palpables. Pero como dice un amigo: ya tengo todo lo que no se puede comprar. ¿Acaso eso no vale oro? Tengo amigos, familia, amor. Tengo posibilidades; que por pocas que sean siempre hay alguien que tiene menos… sólo hay que mirar alrededor.

1 comentario:

Nicolas Barroca dijo...

Confirmacion de lo distinto; La ansiedad que nos persigue:
los tiempos son de quienes manejan el reloj, y nosotros subordinados a el tiempo productivo.
Tenemos un tiempo para tener "nuestra" comida (nuestra por que pagaremos por ella), tiempo para tener nuestro auto símbolo de eterna juventud, poder y vigor en el hombre, tiempo para tener nuestras casas, que mientras mas grandes sean mejor, no por comodidad sino para poder estar cada vez mas lejos del afuera, porque este esta lleno de personas que no pudieron tener lo que nosotros por suerte de la vida y esfuerzo pudimos conseguir, tenemos miedo de perderlo por mano de los desafortunados. El tiempo es aun mas mezquino a la hora de tener nuestra mac, nuestros celulares que luego son con cámaras y radios, y también tenemos que tener nuestras cámaras y radios, tiempo para conseguir un trabajo "como la gente", de traje y corbata, de ocho horas; y esto si tenemos la posibilidad de hacerlo, porque están los que no, y sus tiempos son mas apremiados.
tal vez podamos suprimir mucho de todo con tan solo preguntarnos a quien beneficia tanta voragine, a quien beneficia que la familia es lo primero y por ella todo, cuando en nuestra familia somos cuatro y a la mierda el resto de mundo. ¿quien sale bien parado de una sociedad que se mide entre si por su nivel de consumo? ¿a quien le sirve que no salgas de tu casa, y busques en tus cosas lo que podes encontrar en una montaña...o un bello edificio en la ciudad?
A quien? seguro a nosotros no.